Molinillos de viento y respiración consciente
Este mes de mayo, mes de las flores, donde la primavera sigue llenando de vida y color nuestro barrio de Txurdinaga, queríamos poner algo de ese color en nuestro escaparate, y de qué mejor manera que con unos pequeños molinillos con forma de flores y llenos de color. Esta entrada es para proponeros una actividad mindfulness de respiración consciente que parte de nuestro escaparate de Kaizen Embodiment.
El molino, ya sea de agua o de viento (como es nuestro caso), ha servido y ayudado a la humanidad para infinidad de cosas desde hace mucho tiempo. Ahora, una vez más, os proponemos utilizar este instrumento (podéis crearlo en casa con los peques o comprar alguno, eso ya a elección de cada un@) con una finalidad diferente. Os proponemos una actividad relajante para hacer con vuestros pequeñ@s, a la vez que trabajamos la respiración consciente que nos ayuda a conectar con el momento presente.
Cuando tengamos en nuestras manos el molino de viento lo primero que hay que hacer es asegurarse de que gira y podremos comenzar con nuestra historia.
Vamos a convertirnos en viento y para ello debemos respirar despacito por la nariz contando interiormente hasta cuatro (1…2…3… y 4…) y llevar ese aire a la parte más baja de nuestros pulmones notando cómo nuestra tripa se hincha como un globo lleno de aire (si estamos tumbados seguro que nos sale mejor). Ahora, ya tenemos un montón de aire dentro y podemos comenzar a hacer girar nuestro pequeño molinillo. Vamos a expulsar por la boca ese aire pero hay que hacerlo con fuerza y que dure, no se nos puede cortar el aire. Contaremos de nuevo hasta cuatro y veremos cómo las aspas del molino empiezan a girar cuando soplamos. Si nosotr@s cortamos el aire que sale, las aspas se pararán y por eso es importante que nuestro soplido dure hasta cuatro. Si hemos conseguido que nuestro soplido dure hasta cuatro volveremos a respirar por la nariz y esta vez podremos intentar contar hasta cinco cuando salga el aire por nuestra boca y así podremos ir aumentando hasta seis, siete y ocho (ocho máximo si somos muy pequeñ@s ¿vale?).
Observaciones: debemos tener cuidado de no hacerlo demasiadas veces porque también podemos marearnos de tanto coger aire o si lo hacemos tumbados, cuando nos levantemos debemos hacerlo poquito a poco.